El blog de juanfratic: Investigando en Educación, en TIC, en el aprendizaje, y otras cosas de la vida. Profesor de ESO preocupado en hacerlo mucho mejor y en ser feliz. Siempre en obras: compartiendo.

INVESTIGANDO LAS TIC EN EL AULA: El Blog de JuanfraTIC

http://juanfratic.blogspot.com.es

Educación: Enseñanza-Aprendizaje

Metodologías emergentes, activas, inteligencias múltiples, aprendizaje cooperativo, etc.

Investigar, Indagar, Innovar

TIC, TAC, ABP, PBL, PLE, MOOC, EVA, ...

Afortunado de ser docente

Siempre tratando de hacerlo mucho mejor y disfrutando de mi profesión.

Mostrando entradas con la etiqueta moodle. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta moodle. Mostrar todas las entradas

domingo, 18 de septiembre de 2011

Tecnología Sí, pero acompañada de un cambio metodológico. Historia de un fracaso anunciado.

No es demasiado frecuente encontrar experiencias que hablen de realizar un menor uso de las TIC en nuestras aulas, o al menos de un uso justificado y racional de las mismas, y además que hablen de que este uso justificado vaya acompañado de un cambio metodológico en la docencia, tan necesario y a la vez tan ausente en la educación.
Así mismo también resulta muy extraño encontrar experiencias que hablen de unos malos resultados, o experiencias fallidas. Aún quedando patente que una de las mejores formas de aprender es a partir del fracaso. Tenemos miedo a contar nuestros fracasos, y eso que de estos no sólo podemos aprender nosotros mismos sino también otros colegas docentes.
En esta experiencia voy a hablaros de ambos aspectos.

Durante el último trimestre del curso escolar 2010-2011 y con un grupo reducido de alumnos (4 alumnos) de la asignatura de Física y Química de 4º de la ESO del C. Sagrada Familia de Alcoi (Alicante), como profesor de dicho grupo y ante la complicidad y buena dinámica de trabajo demostrada por el grupo, me decidí a llevar a cabo una experiencia un tanto atípica y diferente a lo que se está acostumbrado en nuestros tiempos y aulas. Se trataba de que cada uno de ellos iba a asumir el rol de profesor de la asignatura ante el resto de sus compañeros y de mi mismo (que asumiría el rol de un alumno más durante ese tiempo) impartiendo cada uno de ellos un tema de la asignatura y contando con las clases de dos semanas cada uno. Cada alumno debía prepararse su tema y para ello contaba con mi ayuda, en todo momento, ante las dudas que le pudiesen surgir en su tarea de auto aprendizaje del mismo.

La evaluación y calificación del proceso iba a consistir en que cada uno de ellos iba a recibir de cada uno de sus compañeros un par de notas, una que calificase su participación como docente y otra su participación como alumno en el tema en que su compañero de turno ejercía de docente. Así al ser cuatro alumnos, cada uno de ellos iba a contar al final del proceso con 6 calificaciones, y de la media de las mismas su calificación final del trimestre. En dichas calificaciones se les hizo vez a los alumnos que tendrían que valorar todo el proceso de enseñanza-aprendizaje desde el punto de vista de docente y de alumno, no sólo teniendo en cuenta los conceptos impartidos o recibidos, sino también procedimientos, actitudes, competencias, capacidades, habilidades y destrezas.

Antes de que cada uno de los alumnos pasase a asumir su rol de docente, en las tres semanas previas, les facilité una serie de clases en las que les ofrecí recursos y herramientas TIC, web 2.0, nociones básicas sobre presentaciones multimedia, así como instrucciones de cómo realizar sus propios cursos en la plataforma Moodle (en la que les di permisos de autor y un espacio a cada uno de ellos), o como crear actividades y contenidos con Hot Potatoes y eXe Learning.

http://www.flickr.com/photos/feuersachse/5509299979
En cuanto a metodología no se les proporcionó nada a los alumnos y sólo se les indicó que se les recomendaba que olvidasen todo tipo de referencias que conocían de cómo se da clase y que rompiesen moldes y esquemas. Que impartiesen sus temas con total libertad, introduciendo, quitando o modificando contenidos, siguiendo el orden que estimasen oportuno. Que evaluasen de la forma que considerasen más conveniente y provechosa. Y ante todo que un buen consejo era que impartiesen esos contenidos buscando el aprendizaje, tanto propio como de sus compañeros, que explicasen o contasen su tema como si se lo tuviesen que contar a su mejor amigo, que no aburriesen con explicaciones tediosas y magistrales. Que buscasen la participación e implicación de los que tenían que ser sus alumnos, en el proceso. Etc., pero sin decirles como hacerlo.



Llegado el momento de la verdad, cada alumno asumió su papel e impartió su tema frente al resto de sus compañeros y de mi mismo. Y los resultados obtenidos, previamente calificados de desastrosos, se pueden resumir en los siguientes puntos:

  • Exceptuando el primer alumno (que a priori era el que contaba con menos tiempo para preparar su tema) que demostró haber preparado su tema concienzudamente y con tiempo, los otros tres alumnos prepararon sus temas en los a lo sumo escasos tres días previos al momento de impartirlos.
  • De los cuatro alumnos, dos de ellos no hicieron ningún uso de las TIC en su tarea docente y de los otros dos, uno realizó dos pequeñas presentaciones multimedia bastante densas y poco pedagógicas y el otro confeccionó un apartado de su tema en la plataforma Moodle de escaso valor pedagógico y con bastantes deficiencias (faltas de ortografía, copia y pega de algún libro de texto, sin recursos gráficos y visuales, etc.) y que además delataba por la fecha y hora de realización del recurso que éste había sido realizado la noche anterior a su exposición.
  • Estos dos últimos alumnos que si hicieron uso de las TIC, sólo fue en una muy pequeña parte de su intervención como docentes, dedicando el resto del tiempo de sus intervenciones, al igual que la totalidad de las de los otros dos alumnos, a realizar clases de tipo magistral.
  • Las clases de los cuatro alumnos, tal y como pude vivirlas, fueron insufribles, pero no estaban haciendo otra cosa que aquello que ellos están recibiendo por parte de todos nosotros, sus profesores. Es decir, los alumnos se dedicaron a reproducir aquello que han visto hacer y yo como profesor, puesto en el lugar de ellos, como alumno, tengo que reconocer que aquello fue duro de asimilar.
  • Las clases de estos alumnos repetían todos los errores que cometemos sus profesores e incluso aumentados pues en muchos de ellos la vergüenza de hablar en público (aun siendo sus compañeros de clase), y sobretodo la inseguridad de no dominar el tema (por la escasa preparación del mismo o por el hecho de que allí también me encontraba yo y tenían miedo de decir o hacer cosas incorrectas – cosa que hacía que en sus clases buscasen siempre mi aprobación con su mirada o incluso preguntándome directamente-) propiciaba que actuasen de manera confusa, desordenada, indecisa e imprecisa.
  • En la mayoría de las ocasiones, sus clases fueron pura lectura del libro de texto, mandar la realización de ejercicios para realizar en clase y en casa, y corrección de los mismos. Así mismo la evaluación del tema se convirtió en todos los casos en exámenes con abundantes ejercicios y apartados teóricos, muy alejados de pruebas que realmente evaluasen la adquisición de unas competencias y habilidades propias de la asignatura y de los conceptos trabajados.
  • En las calificaciones que se otorgaron, todo y que contaban con libertad para calificar y evaluar de la forma que considerasen más oportuna, se ciñeron todos ellos a la calificación obtenida en los exámenes que realizaron sin valorar otros aspectos evaluables del proceso.
  • Se detecto en dos de los cuatro alumnos, cierta complicidad en las calificaciones que se otorgaron el uno al otro (unidos por una amistad manifiesta), así como las que otorgaron ambos a un tercer alumno con el que no tenían ni complicidad ni amistad.

A la vista de estas conclusiones y resumiendo, esta experiencia sirvió una vez más para demostrar que en nuestras aulas urge un cambio metodológico y que este puede (todo y que me gusta decir debe) ir acompañado del uso de las TIC, pero que usar TIC no implica cambio metodológico. Por el bien de la educación, y por el bien de las TIC, tanto si hacemos uso de ellas como si no, nuestra tarea docente debe ir acompañada de un cambio metodológico para romper con ese círculo vicioso, tan dañino en nuestros días, de hacer lo que se ha visto hacer, y somos capaces de hacer otras cosas diferentes, de romper esquemas y de conseguir que nuestros alumnos aprendan.

domingo, 16 de enero de 2011

Moodle eficaz en el aula - Trabajo colaborativo


De cómo el trabajo colaborativo (sin comerlo ni beberlo) llevó a hacer las presentaciones aún más eficaces.
Hace ya algún tiempo que vengo usando Moodle en el aula y el curso pasado llegó un momento en que la situación era insostenible. El Moodle que estaba haciendo servir, salvo pequeños cambios, era el mismo que hacía servir en 2006. Los alumnos habían pasado a aborrecer Moodle. Cuando les decías de ir al aula de informática en vez de alegrarse, te preguntaban si no nos podíamos quedar en clase normal, que lo preferían. O bien, íbamos al aula de informática, realizaban las actividades planteadas en el Moodle e invertían el tiempo que les sobraba en acceder a otras webs o a diferentes redes sociales. Así que, llegados a este punto, me planteé que esto debía cambiar. Investigué, leí, puse en práctica diversas estrategias y finalmente el resultado fue distinto, conseguí hacer de Moodle algo más eficaz, algo que favoreciese el aprendizaje de mis alumnos. Fruto de esta investigación surgió una comunicación en Edutec 2010, en Bilbao y que después he llevado al IV Congreso de Lliurex 2010 en Valencia y a las IX Jornadas de Innovación Educativa d’Elx.

La presentación que utilicé en Bilbao cambió  respecto a la de Valencia, y volvió a cambiar para Elx. Y desde que cambié el chip con el tema de las presentaciones, siempre me he dicho que éstas no tienen mucho sentido si se las saca del contexto. Es decir, si uno ve estas presentaciones, le va a costar un rato, hacerse una idea de lo que se está contando. Es como la música de cine, las buenas bandas sonoras son aquellas que además de contar con una calidad musical excelente, no funcionan cuando las sacas de las imágenes a las que acompañan. Quisiera que se me entendiera bien: Sí son válidas cuando escuchas la música y ésta te evoca o te trae a la mente las imágenes de la película a la cual pertenece, pero si esto no ocurre, bien porqué no se ha visto la película o porque no sugiere ni una sola imagen de ésta, es una música sin más, que podrá gustar más o menos, pero que el propósito para el que fue escrita no lo cumple. Lo mismo con las presentaciones. Si uno ve alguna de mis últimas presentaciones en slideshare sin haber estado de forma presencial allí donde las presenté, posiblemente con poca cosa o nada se quedará. Se perderá todos los matices que con la palabra y/o los gestos les di en su momento, con lo que realmente transmiten, con lo que quise decir, es decir, perderán todo el sentido y la función para las que estuvieron hechas. Subirlas a Slideshare, en estos casos, tiene mayor sentido si se piensa en la gente que asistió y quiere recordarla o recoger de ellas datos o matices que en su momento no recogió. También tiene sentido el hecho de compartirlas con el resto de la gente, el de sugerir a otros ideas para sus trabajos, investigaciones, presentaciones, etc.
Pero, ¿podemos hacer que la presencia de estas presentaciones en Internet sea más eficaz?. Hay diversas soluciones. Está claro que como el vivirlas presencialmente no hay nada, pero se puede intentar.

Así, una posible solución sería realizar grabaciones en vídeo donde presentaciones y presentador cohabitasen, aunque en esto también se pierden matices o las restricciones del montaje impiden que se complementen perfectamente (se graba al ponente pero no la presentación, se graba la presentación y al ponente solo se le oye, ves y oyes en la pantalla el vídeo con el ponente y tienes disponible la presentación en alguna parte del resto de la pantalla pero tienes tu que ir pasando las diapositivas, etc.).
Otra posible solución, tampoco válida del todo, es la que aquí os ofrezco en mi intervención en el IV Congreso de Lliurex 2010 de Valencia, en la que mi buen amigo Daniel Turienzo ha tenido a bien acoplar en formato vídeo mi presentación al audio que grabó mi otro buen amigo Alfons Rovira. Así, sin comerlo ni beberlo, entre los tres hemos dado un ejemplo de trabajo colaborativo entre docentes. A ambos, Dani y Alfons, muchísimas gracias. Y a todos vosotros también por sufrirlo. Espero que os guste. Por cierto, mi intervención está en valenciano y no hemos puesto subtítulos en castellano, pero todo se andará.