Esta semana han sido varios los posts de diferentes amigos y conocidos los que han hablado de nuestra condición de maestros o profesores, lo orgullosos y felices que estamos de serlo, que nos llevó a serlo, etc. Si no lo habéis hecho ya, echad un vistazo a los excelentes posts de Jaume Olmos en Passet a passet: Feliz de ser maestro o bien a Mª Carmen Devesa en Ticaprendizaje: Freinet en la actualidad o en su último post: Mi propósito de la educación. Yo, no he querido ser menos, y uno de los dos posts dominicales de esta semana lo dedico al que para mi ha estado el tema de la misma.
Me apasiona crear mis propias actividades y que no me las dé hechas un libro de texto. Me gusta investigar, probar, experimentar cosas nuevas, llevar adelante proyectos con mis alumn@s. Me encanta sumergirme en una clase y comprobar como los alumnos van hilvanando y construyendo su propio aprendizaje a partir de las pistas y premisas que les lanzo. Reflexiono y reparo en los errores que cometo. Aprendo con cada mirada, con cada palabra y cada gesto que vierten mis alumnos. Me ilusiona, me reconforta el trabajo que hago cuando recojo sus frutos, frutos que muchas veces no dejan de ser una simple mirada, una cómplice sonrisa, un gesto de aprobación.
No puedo negar que hay días difíciles, ratos malos, experiencias dolorosas, pero éstas no me hunden, sino todo lo contrario, me levantan con más fuerza, con muchas más ganas de hacerlo mejor a la siguiente, aprendiendo de las situaciones, de los errores, de las incomprensiones. Habrán alumn@s que no me entenderán, que no aprobarán mi forma de dar clase, otros que la respetaran y otro grupo a los que les chiflará. Pero yo me debo a ell@s, yo lo hago lo mejor que sé por y para ell@s. Unas veces lo haré mejor, otras veces peor, pero yo sé, que en todas ellas, lo he hecho con pasión. Yo tengo la gran suerte de que me gusta mi trabajo, me gusta la docencia, y creo poseer ese elemento del que habla Sir Ken Robinson, lo hago con pasión.
Me gusta la docencia de la clase, de la escuela, también la de la calle, la del campo, pero no me gusta la docencia de despachos, de la “burrocracia”, de los malos rollos entre diferentes agentes implicados en la educación. Por desgracia toda esta docencia que no me gusta está ahí, viene añadida a la otra, no las puedes pedir por separado y por tanto no hay más remedio que aceptarla y sobrellevarla. Incluso creo que es necesaria, que debe estar ahí, para seguir avanzando, madurando y mejorando día a día en lo que hago.
Me gusta ser profesor porque ello me permite además de enseñar, aprender. Y aprendo cada día, de mis alumn@s, de mis colegas, de los padres, de las familias, de la escuela y de la calle, de los despachos y del campo. Aprendo con cursos de formación, formal e informal, de las quedadas, encuentros, jornadas, congresos, cervecitas, etc. Aprendo de todo mi timeline en twitter, de las comunidades, asociaciones, redes, etc. de docentes y no docentes en las que me muevo. Disfruto al reencontrarme con caras conocidas en todo este tipo de “saraos”, pero también cuando conozco a alguien nuevo.
Aprendo también investigando, montándome mis propios proyectos, escribiendo en este blog, tuiteando, etc. Y no sigo por aquí pues ya lo he dicho en algún que otro post.
Evidentemente muchas cosas que he dicho también se pueden dar sin necesidad de ejercer como docente. En otro tipo de profesiones puedes y diría yo que, debes, experimentar, investigar, aprender, innovar, etc. constantemente. Pero me siento orgulloso de ser docente, me gusta ser docente, pongo toda mi pasión en ser todo lo mejor docente que sé. Ser docente me permite enseñar y aprender, hacerlo con ilusión y ponerle, mucha, pero que mucha pasión en lo que hago y como lo hago.
Pues ya se nota que lo haces con pasión... todo lo aquí dicho es fruto del apasionamiento de tu profesión y eso hará que tu vida sea provechosa y positiva siempre. Y la de tus alumnos!!! Un besazo!!!
ResponderEliminarUno más que lo expresa. Mientras haya maestros y maestras así tenemos posibilidades de mejora. Yo creo que las hay. Me uno al grupo de los felices de serlo y te uno al mío, enlazando tu post.
ResponderEliminar"En otro tipo de profesiones puedes y diría yo que, debes, experimentar, investigar, aprender, innovar, etc. constantemente" Eso es. Muchas veces no es lo que haces, sino cómo lo haces. Ser buen profesional, en cualquier campo, requiere pasión y responsabilidad; y cuando la "materia prima" con la que trabajas es tan sensible, como son las personillas con las que trabajamos, esas dos cualidades se deben multiplicar por 1000000.
ResponderEliminarGracias por tu post, que comparto en todo.
Gracias Isabel, Engracia y Nati por vuestros comentarios.
ResponderEliminarUn profe feliz de serlo y de que ustedes lo vean.
Muchas gracias.
Saludos.