Entropía digital

Los humanos desde siempre hemos tenido un gusto por clasificar las cosas, poner orden en nuestras vidas, de nuestras cosas, de los bienes comunes. Así por ejemplo desde bien antiguo se trató de poner orden a los elementos químicos, ordenándolos, clasificándolos, utilizando signos y símbolos para su reconocimiento. Desde Dalton, pasando por Döbereiner, Newlands, Mendeleiev y Meyer, hasta la tabla periódica actual. No es de extrañar que en la red, en el vasto entramado digital que constituyen millones y millones de sitios webs, blogs, recursos y herramientas digitales varias, etc. también hayamos querido poner orden. Pero parece que este orden es un poco caótico, y uno tiene la sensación de que la red no acaba de estar ordenada, sino más bien todo lo contrario. 

http://www.flickr.com/photos/alphadesigner/212152429

Tengo la sensación de que la infinidad de recursos, información, etc. presente en la red está caóticamente desordenada. Recurrimos a buscadores para encontrar información, pero la cantidad de información que éstos nos ofrecen sigue siendo un cúmulo de fuentes entre las que nos perdemos. Utilizamos wikis para reunir a modo de repositorios un amplio catálogo de recursos y herramientas, o de información. O también utilizamos otro tipo de estrategias para tratar de dirigir a nuestros alumnos en diferentes actividades mediante webquests, caza del tesoro, etc. Etiquetamos, utilizamos la folksonomía, marcadores sociales, agregadores, lectores de RSS, etc. Agrupamos los recursos, webs, blogs, wikis etc. en diferentes plataformas: Agrega, Tiching, La virtu, etc. Y uno tiene la sensación que muchas veces dispersamos (por no decir mareamos) más al “usuario” que ayudamos a ordenar, clasificar y agrupar los diferentes sitios y recursos. Por ejemplo, ¿para qué tantas plataformas de contenidos y recursos? o si aterrizamos en algo más concreto ¿para que tantos lugares de fotografías libres como ya comenté en un post anterior?  

http://www.flickr.com/photos/jef_safi/324146472

Y es entonces cuando me viene a la cabeza el concepto de entropía. La entropía es un concepto físico, concretamente termodinámico, que en los últimos años se han apropiado en otras disciplinas para hacer referencia a ideas y conceptos derivados de su definición original. Entropía en termodinámica se define como: “aquella magnitud física que mide la parte de la energía que no puede utilizarse para producir trabajo”. Coloquialmente se puede decir que entropía es el desorden de un sistema, y si tenemos en cuenta que los sistemas tienden a alcanzar su estado de equilibrio y que en éste el valor de la entropía es máximo, podemos concluir que la entropía (es decir el desorden) tiende a aumentar. Si ahora esto lo trasladamos al caos y desorden de la red, se traduce en que esto es bueno, es la tendencia natural de los sistemas. Y si nos queda alguna duda, podemos pararnos a pensar en el significado de la palabra entropía: La palabra entropía procede del griego y significa evolución o transformación. Es decir, este caos y desorden existente es una evolución, una transformación positiva.

Todo ello me lleva a la conclusión de que este desorden, este caos en la red es bueno, a mayor oferta y mayor variedad, más posibilidades de que más “usuarios” encuentren lo que buscan, lo que quieren. Y no tiene que estar reñido con que existan varias plataformas, varios repositorios de recursos, etc. Cada usuario podrá elegir entre una u otras. Tampoco con que se den intentos de organizar, ordenar, clasificar, etc. los recursos, los sitios, etc. Todos sabemos que a los pocos minutos cualquier clasificación, repositorio, etc. estará anticuado, no tendrá los últimos recursos aparecidos o que algunos de los que tiene ya no están disponibles y han desaparecido, etc. 

http://www.flickr.com/photos/rfa247/5421698199

Así pues, alegrémonos por la entropía digital, veámoslo como algo positivo, y eduquemos a nuestros alumnos para que sean capaces y competentes en saber desenvolverse en este mundo desordenado, que sepan encontrar la información que necesiten, sepan donde encontrar repositorios de recursos, o simplemente que sepan poner rumbo, su rumbo, en este océano de oportunidades, valorando la riqueza que supone disponer de tal variedad.